Eggland’s Best es uno de los peores cuando se trata de la forma en que sus proveedores de huevos abusan de millones de gallinas. Como esta nueva investigación de Mercy For Animals muestra, las gallinas explotadas para poner huevos pasan casi toda su vida en jaulas tan pequeñas que las aves no pueden ni siquiera caminar sin pisarse unas a otras. Las aves muertas se pudren en las jaulas al lado de gallinas que siguen poniendo huevos destinados al plato del desayuno y los trabajadores sacan violentamente a las aves de las jaulas y las arrojan en cubos de basura para ser cruelmente gaseadas hasta la muerte.

La mejor opción que los consumidores tienen para ayudar a detener esta crueldad es dejar a los animales fuera de su plato.